miércoles, 5 de enero de 2011

Posdata: Te quiero.


- Nunca volvería a acariciar la suavidad de su pelo, a intercambiar en secreto una broma, a lloriquearle tras una dura jornada de trabajo porque necesitaba algo tan simple como un abrazo; nunca volvería a compartir la cama con él, ni la despertarían cada mañana con sus ataques de besos, ni reiría con él hasta dolerle la barriga; nunca volverían a discutir sobre a quién le tocaba levantarse para apagar la luz del dormitorio.
Lo único que le quedaba era un puñado de recuerdos y una imagen de su rostro, que día tras día iba haciéndose más vaga.
Su plan había sido muy sencillo: pasar juntos el resto de sus vidas. Un plan que todo su círculo consideró de lo más factible.


No hay comentarios:

Publicar un comentario